Vengo de lejos, camino descalza y con harapos y tengo frío, un frío que hiela el alma, y ese frío se contagia, estremece. Acecho y espero mi momento.
Preludio de la muerte, abro los brazos y aguardo a los que caerán en mis amplias alas en el bosque. Los llamo.
La noche es un lugar plagada de susurros, de sombras que se esconden, de vigilancia.
Las voces y los gritos del bosque cesan. Encuentro el lugar oportuno. Aquí ha de ser, estoy cansada.
Ilumina el chaleco y aparta los botones, que después las navajas ya saben el camino. Susurro a la luna.
Se oyen dos desgarradores y largos gritos. ¡Calla!
Muertos, sí, muertos.
Recojo y cierro mi manto. Dos hombres muertos en la hermosura de la noche y comienzo mi camino en espera de poder abrir mi manto de nuevo y llevarme alguna vida con rapidez.Mendiga (muerte): En Bodas de Sangre aparece en el bosque como una mendiga, descalza y totalmente cubierta por paños verdeoscuros, preludio de la tragedia que esta apunto de suceder
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