domingo, 8 de mayo de 2016

A tu lado

Silenciosa, taimada y sin hacer ruido se instaura entre nuestra vida desde la más tierna infancia, y si tenemos suerte nos acompañará por y en nuestras vidas sin pedirnos cuentas para siempre.
Días grises sin un rayo de esperanza y casi sin la posibilidad de ver la luz hace que deje pasar un repentino rayo de esperanza y claridad. Te coge de la mano y te lleva. Te deja contar y que le cuentes sin pedirte explicaciones, sin justificaciones. Siempre a tu lado. 
Callada.
Te alegras de sus alegrías y lloras con ella sus penas. Recuerdas los momentos vividos y sueñas con los que vendrán, mejores sin duda que los que dejas atrás. 
Confías.
Hablas, ríes y callas de cosas superfluas, intrascendentes o hablas de lo que no me dejan hablar. Sabes lo que pienso con una simple mirada. Y hablas de la soledad, de la tristeza que te invade, de no ver la luz al final de túnel, de la desesperanza. 
Y calla, escucha.
Y te coge de la mano, y te abraza, te acaricia, te deja llorar y que llores, te besa y te comprende sin necesidad de decir ni una sola palabra.
Y el final del túnel se ve, se acerca, se intuye con más claridad y fuerza, y quieres seguir adelante. Sacas fuerzas de flaqueza y sigues y sigues porque sabes que siempre la verdadera está contigo.
No la tocamos pero la sentimos y la podemos percibir.

A M I S T A D

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